El público no puede salir al encuentro del verdadero arte mientras no se libere así mismo del pseudo arte propio de un mundo humano enajenado. Ahora bien, como este arte barato y falsificado vive, sobre todo, gracias a los poderosos medios técnicos y económicos que aseguran su difusión, y estos medios se hallan en manos de las fuerzas sociales interesadas en mantener este mundo abstracto, cosificado, la liberación del público no es tarea que corresponda exclusivamente a los artistas o a los educadores estéticos, sino que es inseparable de la emancipación económica y social de la sociedad entera.
Con lo cual, vuelven a cruzarse , de un modo decisivo para ambos, el destino del arte y de la sociedad.
Las ideas estéticas de Marx
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